martes, 21 de enero de 2014

MANIFIESTO POR LA REGENERACIÓN DEMOCRÁTICA EN CASTELLÓN




(Este escrito data de los primeros meses de 20007, vísperas de las Elecciones Autonómicas de la Comunidad Valenciana. Por diversas circunstancias quedó inédito. Y las elecciones las ganó por mayoría absoluta el señor Camps, hoy tristemente célebre por “los trajes” y por haber arruinado por muchos años a esta Comunidad. Condenado Carlos Fabra por varios delitos contra la Hacienda Pública, las secuelas y los hábitos de la corrupción persisten entre nosotros como las malas hierbas…)



“La política, señores ─sigue hablando Mairena─ es una actividad importantísima… Yo no aconsejaré nunca el apoliticismo, sino en último término, el desdén de la política mala que hacen trepadores y cucañistas, sin otro propósito que el de obtener ganancia y colocar parientes. Vosotros debéis hacer política,  aunque otra cosa os digan los que pretenden hacerla sin vosotros y naturalmente contra vosotros”
Antonio Machado


LOS ABAJO FIRMANTES, CIUDADANOS Y CIUDADANAS DE CASTELLÓN

MIRAMOS con amor a nuestra ciudad. Con satisfacción observamos cómo en las últimas décadas ha crecido notablemente la población, y con ella la industria, el comercio, los servicios y, en consecuencia, la riqueza, que, aun repartida desigualmente, ha alcanzado a significativas capas sociales. El mercado laboral, por lo demás, ha absorbido por completo a la población activa e incluso está siendo foco importante de atracción para gentes e otros países.

SABEMOS, es cierto, que Castellón es una ciudad desorganizada y caótica, hecha a impulsos de un urbanismo dominado por intereses particulares, alicorto y sin perspectiva, y que los problemas de movilidad urbana y en general los atinentes a la prestación de servicios son graves. A pesar de lo cual, en una primera mirada apreciamos un aire de bienestar que envuelve a una ciudadanía aparentemente satisfecha.

FIJAMOS a continuación la vista con más detenimiento y descubrimos un fenómeno penoso: un malestar moral profundo corroe a la sociedad, un malestar difuso, casi imperceptible para algunos; agudo e insoportable para otros.
¿De dónde nos viene este malestar moral? Nos viene de la más grave pérdida humana, la libertad. Libertad, que es posibilidad de participar en la vida ciudadana por medio de la política. Pero, ¿qué ocurre si la política se corrompe? Que la libertad se nos arrebata y perdemos la condición de ciudadanos.

HACEMOS esta afirmación conscientes de su gravedad: la vida política en nuestra ciudad ha alcanzado tal grado de deterioro y perversión que nos resulta insoportable y nos obliga a romper el silencio.


I. CAUSAS Y CIRCUNSTANCIAS DE LA DEGENERACIÓN POLÍTICA

VIVIMOS con plena consciencia de que somos gobernados por un cacicato provincial al que a menudo tildamos de decimonónico y trasnochado con una displicencia tan ingenua como equivocada. El caciquismo en Castellón, lejos de haber quedado obsoleto por las transformaciones económicas, sociales y de las propias Administraciones Públicas (instrumento todopoderoso del Estado de Bienestar, que nada tiene que ver, por cierto, con el estado mínimo del siglo XIX) sigue rampante y en plena vigencia.

RECORDAMOS que don Manuel Azaña, Presidente de la Segunda República, se quejaba de cómo el caciquismo en su época había sobrevivido desde el viejo régimen incrustándose en la democracia y amenazaba con destruirla. Hoy, iniciado el siglo XXI, los y las cstellonenses con toda razón debemos lamentarnos de que los modos caciquiles de hacer política, extendidos como una densa tela de araña por toda la provincia desde el Palacio de las Aulas, no sólo anidan y se nutren de las formas democráticas , sino que expoliando el inmenso botín de las Administraciones Públicas y de los sectores privados  más dependientes de ellas, ha logrado perdurar y campar por sus respetos en una sociedad tan compleja como actual.

NOS PREGUNTAMOS cómo un solo hombre desde la Presidencia Provincial de un partido político y de una Corporación local ha podido adueñarse de todos los resortes de poder públicos y estar en todas las encrucijadas del tráfico económico; como ha sido posible que nada en la esfera política, económica, social y cultural; nada de lo que nos afecta como ciudadanas y ciudadanos se mueva sin pasar directa i indirectamente por su arbitrio.

SABEMOS que es por el camino de las estrategias concienzudamente unidas por dónde hay que buscar la explicación al caciquismo de Castellón. No tenemos duda alguna de que la prostitución del noble ejercicio de la política en Castellón es producto de actuaciones como las que siguen:

a)             Se ha gobernado en ausencia de derecho, prescindiendo sistemáticamente del          principio de legalidad, desposeyendo a los más débiles de toda protección legal.

b)                 En consecuencia, ha sido la identificación-subordinación al líder el único conducto del ciudadano para conseguir sus pretensiones legítimas.

c)        Unas relaciones públicas basadas en la afectuosidad, la campechanía, la familiaridad, el paternalismo y el populismo, unidos a un reparto generoso y personalizado de premios y recompensas han proporcionado al cacique la nutrida mesnada de vasallos fidelizados a prueba de sangre que se extiende por toda la provincia.

d)                  Simultáneamente, no ha temblado la mano en el uso del castigo e incluso de la venganza contra díscolos y opositores. Se ha seguido al pie de la letra la recomendación de Maquiavelo al Príncipe: si no consigues que tus súbditos te amen, al menos haz que te teman.

e)                  Percibimos miedo en la ciudadanía. Y somos dados a pensar que lo que a veces se consigna como individualismo descomprometido no es más que la coartada de un temor existente, que no es emoción expresa, sino sentimiento larvado que se activa sólo ante la previsión de eventuales represalias.

f)                  Elemento clave en la estrategia de dominación caciquil ha sido el “entrismo” como método de ocupación por intermediarios fuertemente fidelizados (regidos por la voz de mando y no por la vox legis) de puestos relevantes en todos los  “espacios normativos  institucionalizados”  (legislativo, judicial, administrativo, tributario, empresarial, asociativo…), con lo que las formas corruptoras de la vida política han sido interiorizadas.

g)                  El establecimiento de conexiones con poderes fácticos valencianos y nacionales; la correlación de fuerzas en el Partido Popular de la Comunidad valenciana y las hipotecas que parecen pender sobre este partido… todo hace pensar en una organización maniatad y contaminada que nada puede hacer contra el cacique y sus formas.

h)                  Hace ya más de tres años que el Presidente de la Diputación fue imputado por varios delitos contra la administración, más otro posterior por posible fraude fiscal. El “caso Fabra” saltó a la agenda nacional de la corrupción. El aforismo de que el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente parece que una vez más se habrá cumplido.

i)                    Ha pasado el tiempo, más de tres años ─ya lo hemos dicho─ y para pasmo de propios y extraños el caso sigue escurriéndose por los vericuetos del sistema judicial.

j)                    La sociedad de Castellón, sometida a un régimen intenso de “desensibilización sistemática” como el utilizado para el tratamiento psicológico de aversiones y fobias, se ha acostumbrado a convivir con normalidad con el escándalo. El Presidente de la Diputación recorre prepotente las calles y foros públicos, nombra asesores  que ningún fiel se quede sin pesebre) y sigue instruyendo a sus gentes en el manejo de los censos…Y no pasa nada.
¿O sí pasa?

Pasa que los ciudadanos de Castellón nos sentimos mal.
Pasa que la desesperanza nos paraliza.
Pasa que la desafección de la política y de lo público deja todo el campo libre a los caciques.
Pasa que el individualismo aumenta y la ley civil es devorada por la ley de la selva.
Pasa que el nihilismo se expande en metástasis mortífera necrosando tejidos sociales.
Pasa que estamos perdiendo, con la libertad, la condición de ciudadanos y regresando al estado de metecos.


II. UN DECALOGO PARA LA REGENERACION DEMOCRÁTICA

Los firmantes de este Manifiesto cívico decimos NONO nos resignamos. No aceptamos la impotencia. No desistimos. Somos ciudadanas y ciudadanos y todavía estamos en posesión de la mejor arma para limpiar la vida pública: nuestro voto.

Primero.- Queremos políticos de reconocida vocación y dedicación a lo público. Queremos políticos que hagan políticas reales sobre las necesidades de la sociedad y no ciencia ficción y fuegos de artificio en que se quema el presupuesto.

Segundo.- Exigimos que nuestros gobernantes sean honestos y lo parezcan; que de su gobernación no salgan enriquecidos, ni ellos ni sus familias ni sus amigos. El decoro y el recato ha de regir sus vidas. Las muestras de lujo y de boato nos molestan por ridículas y por sospechosas. Por ello:

Harán pública su declaración de bienes ellos y los miembros de su familia nuclear al principio y al final de su actividad pública.

Cuando termine su mandato cesarán en todos los puestos de responsabilidad los que hayan accedido por razón de su cargo.

Durante dos años no podrán regresar o iniciar actividad relacionada con las competencias ejercidas durante su mandato.

En el caso de ser inculpados por un juez cesarán inmediatamente en su cargo para desde la esfera privada defender su presunta inocencia.

Exigimos a los partidos políticos que se abstengan de incluir en sus listas electorales a personas inculpadas por la Justicia.

Tercero.- Es imprescindible que los administradores públicos respeten escrupulosamente el principio de legalidad, fuera del cual sólo crecen las malas hierbas de la recomendación, el amiguismo, el nepotismo, el clientelismo y, en definitiva, el delito, esquilmadores del campo de la democracia.

Cuarto.- Queremos hombres y mujeres veraces. La mentira sistemática como arm de contienda partidaria ha arruinado la política. La mentira en interés del partido, la incoherencia, la fullería, las patrañas, las tergiversaciones, las calumnias, las injurias…, la mentira repetida  hasta hacerse “verdad” han convertido la política en algo innoble y despreciable.

Quinto.- Nuestros representantes han de ser transparentes. La visibilidad ha de presidir lo que planean, lo que deciden y lo que consiguen.

Sexto.- La participación en la res pública nos hace ciudadanas y ciudadanos. Los órganos de participación en nuestra ciudad yacen maniatados por ligazones espurias que atan a muchos de sus representantes. La nueva política se ha de imponer como primera tarea el deshacer los vínculos venales urdidos por el caciquismo.

Séptimo.- Una ciudad sólo es habitable si se rige por la justicia, la libertad, la igualdad, la honestidad y la solidaridad. Estos son los valores morales de los políticos que queremos.

Octavo.- Deseamos una ciudad justa. Y una ciudad justa sólo puede ser liderada por mujeres y hombres justos, que son aquellos que están dispuestos a dar a cada uno lo que le corresponde, a tratar desigualmente a quienes son desiguales. Sin el principio de diferenciación no hay verdadera justicia: los jóvenes, las mujeres, la gente mayor, los emigrantes… requieren especial atención.
     
Noveno.- Pretendemos para el gobierno de nuestra ciudad hombres y mujeres con una conciencia moral madura, que no sólo sean justos, sino también compasivos y responsables de sus acciones.
       
Décimo.- A los que ostentan la representación de sus convecinos les es exigible modestia y comedimiento. No han de subirse a engañosos pedestales de lujo ni a tarimas de vanidad. Vivan mejor a ras de suelo para no perder una idea aproximada de su estatura.




III. CONVOCATORIA GENERAL.

Lento y laborioso es para los pueblos hacerse con un puesto honorable y prestigioso en el concierto de las sociedades. Por el contrario, resulta sumamente fácil acceder a un lugar sobresaliente en el hit parade de la corrupción y el desprestigio.


LOS Y LAS CASTELLONENSES DEBEMOS ELEGIR

Por la decencia, por la limpieza, por la veracidad te convocamos, ciudadano/a de Castellón a la insoslayable tarea de regenerar la vida pública y, como primer acto, te invitamos a apoyar con tu firma este MANIFIESTO.







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