miércoles, 29 de julio de 2015

LA SEÑORA BONIG Y LA REGENERACIÓN DEL PP

La ex alcaldesa de la Vall d’Uixò ha sido elevada al liderazgo del PP valenciano por la Central de Madrid, que ha valorado el carácter aguerrido e intrépido y la claridad de ideas en la más pura línea thacheriana de la señora Bonig. «Debemos hacer una revolución muy ambiciosa que no destruya, sino que construya y para eso hacen falta los valores y principios que tenemos en el PP», así arengaba recientemente a sus compañeros la nueva lideresa. Revolución ambiciosa que no destruye... Inefable discurso.
Vayamos a los valores y principios de esta señora. En democracia hay un valor clave que es el respeto a las leyes, el principio de legalidad. Frente al Derecho del Antiguo Régimen, conjunto de derechos subjetivos (‘cosmos de privilegios’, en expresión de Max Weber), cuya fuente de poder radicaba en el Soberano, el Derecho Público moderno, en el marco de la Revolución Francesa, nace como reacción a las maneras o técnicas del absolutismo. La Ley es la forma legítima de expresión de la voluntad general. La Ley funda y asegura la ‘libertad del ciudadano’, la libertad que corta las cadenas de su condición de súbdito pasivo. De modo que la voluntad de la Ley es la voluntad del pueblo formado por ciudadanos. El imperio la Ley de es el imperio de la voluntad general.
Por otra parte, la Ley es la forma contractual del pacto social. En el contexto del contractualismo contemporáneo la Ley es la bóveda maestra que sostiene toda la arquitectura democrática. Burlar la Ley, hacer uso fraudulento de ella, incumplirla al fin, es socavar, quebrar, romper, corromper el edificio de la convivencia pacífica.
Un repaso a los años de I. Bonig como alcaldesa de la Vall d’Uixò nos ofrece perspectiva suficiente para hacernos idea de cómo la flamante lideresa del PP  valenciano se relacionaba con la Ley en el campo acotado de la gestión del personal. Los contenciosos por causa de la Selección y Administración del Personal fueron continuos: presencia en las Comisiones de Selección de personas inhábiles, denuncias por acoso laboral, etc. Cierto que no todos los litigios los perdió el Ayuntamiento, unos los ganó, otros los perdió y algunos yacen litispendientes en el TSJ para zozobra de las personas interesadas... En resumen, una gestión desastrosa, sectaria, revanchista, guiada por una fobia a los Sindicatos (en especial a los de clase) que la  señora Thatcher aplaudiría desde su tumba.
Pero, al margen de contenciosos ganados y perdidos, de inquinas sectarias y vendettas partidistas, existe un hecho incontrovertible: la señora Bonig se empeñó –todo un carácter– en situar como Presidente de todos los Tribunales de Selección  a su Jefe de Personal, un funcionario interino.
El artículo 60.2 de la Ley 7/2007 del Estatuto Básico del Empleado Público reza así: «El personal de elección o de designación política, los funcionarios interinos y el personal eventual no podrán formar parte de los órganos de selección». No estamos ante un concepto jurídico indeterminado (que el examinador sea ‘capaz’, ‘responsable’ o ‘competente’...,  son realidades no bien delimitadas). Estamos ante un concepto jurídico delimitado y preciso: se es interino o no se es. Y un funcionario interino no puede formar parte de un Tribunal de Selección. Esto lo puede entender muy bien una Licenciada en Derecho como la señora Bonig.
Esta señora se empeñó, convocatoria tras convocatoria,  en colocar a su interino de confianza como Presidente de todos los Tribunales, produciendo estragos en la política de Personal, con daños colaterales de tipo moral y económico a los interesados que participaron con éxito o sin él en los concursos-oposición.
La  noticia del encumbramiento de la señora Bonig al liderazgo del PP me ha traído a la memoria sus antecedentes como alcaldesa, los cuales hacen que me pregunte, y pregunte al público en general: ¿puede una política que de tal guisa despreció la Ley encarnar la regeneración de un partido sumido en el abismo de la corrupción? Porque aquí no estamos ante una Antígona que se rebela contra Creonte, invocando ‘leyes divinas’, incontaminadas y preexistentes a las leyes positivas, para dar honrosa sepultura a su hermano Polinice. Aquí nos encontramos ante una heredera a beneficio de inventario de  ‘los valores y principios del PP’.  Una heroína que amenaza con hacer una oposición a muerte al actual gobierno de la Generalitat Valenciana. Una thatcheriana, salvadas las distancias con la inglesa, claro,  que predica a los suyos una revolución que no destruya, que construya. Menuda revolucionaria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario