viernes, 29 de noviembre de 2013

CONDENADO FABRA, GRACIAS SEAN DADAS





Condenado Fabra, procede expresar público agradecimiento a todos aquellos que de una u otra forma han hecho posible la justicia, aunque sea en grado mínimo. No se trata de regodearse en el mal ajeno (ni la desgracia ni la cárcel nos gustan para nadie), sino de reconocer el mérito a quienes, con no pocos riesgos laborales, sociales y personales, han tenido la valentía de enfrentarse a conductas corrosivas del “pacto social”, del consenso sobre el que descansa la convivencia democrática. El respeto a las reglas del juego es garantía de la paz social y el que se las salta infringiendo los códigos civiles, penales o de la moralidad básica debe ser identificado y sancionado. Cuando a la captación abusiva o delictiva de rentas públicas por parte de individuos antisociales no sigue el reproche social o de la justicia penal es de esperar que surjan ciudadanos tentados a la insumisión o la insurrección…, ante las que la represiva Ley de la Seguridad Ciudadana  que acaba de aprobar el Consejo de Ministros no servirá  de cura.
Hoy hay que recordar con agradecimiento a la juez de Nules,  Isabel Belinchón, que fue la primera en abrir diligencias penales contra el entonces Presidente de la Diputación de Castellón. Lástima que un inoportuno traslado forzoso la obligase a dejar el juzgado de Nules. A buen seguro que el procedimiento no se habría alargado tanto.
Especial reconocimiento merece el joven juez Jacobo Pin, sin cuya competencia, honradez y profesionalidad jamás el sumario hubiera llegado a juicio. Las presiones soportadas y las tentaciones vencidas nos las podemos imaginar. Quizá nunca se sepan en detalle. Hasta ahora conocemos del amparo que se vio obligado a recabar del CGPJ ante el marcaje procesal de la Audiencia Provincial, presidida por quien, según propia confesión, mantenía una relación cordial y afable con el entonces inculpado.
Muy reconfortados nos sentimos los que pagamos impuestos al escuchar en el juicio oral la deposición de los dos Inspectores de Hacienda que actuaron como peritos de la Fiscalía. Cuán de agradecer es la claridad, contundencia y convicción técnica  de estos funcionarios públicos y qué importancia tiene el acceso a la función pública por sistemas regidos por la publicidad, el mérito y la capacidad, principios constitucionales sistemáticamente abolidos en el cacicazgo de la provincia de Castellón.
En segundo lugar, estamos obligados con los medios de comunicación social y los periodistas que en primicia o de segunda mano dieron noticia pública del caso Fabra desde el inicio hasta la producción de la sentencia. Dénse por aludidos todos los participantes en la “campaña mediatico-política” que ha amargado la vida al defraudador de Hacienda. Los periodistas se equivocan bastante; trabajan a ritmo frenético; a veces no contrastan las fuentes; en ocasiones escriben de oído sobre temas complejos; y cualquiera que haya tenido responsabilidades en la gestión pública sabe que entre lo que a veces aparece en los periódicos y las radios y la realidad vivida hay pocas coincidencias… Y, sin embargo, sin prensa libre no hay democracia. Este es un principio primero que no necesita demostración. ¿Podemos imaginar qué habría sido del caso Fabra sin el seguimiento de la prensa?
En tercer término, debemos felicitarnos los ciudadanos de a pié que, en la medida de nuestras posibilidades, de viva voz o por escrito rechazamos y despreciamos la conducta del señor Fabra, y en ningún momento fuimos conniventes o formamos parte del coro de aduladores y beneficiarios del reparto de favores y prebendas.
Finalmente ─y en contra de lo que hoy se acostumbra─ corresponde reconocer a los políticos de la izquierda de Castellón que tuvieron ánimo suficiente para enfrentarse al todopoderoso Presidente de la Diputación. El que esta labor formara parte de sus obligaciones (control de la Oposición sobre el poder gobernante) no disminuye su mérito. Imagínese la sala de Plenos de la Diputación: en el centro, presidiendo, el MIURA, flanqueado por dos mansos, rodeado del resto de la ganadería y aclamado por una clac enardecida… No era fácil poner alguna banderilla en el lomo del morlaco. Ximo Puig, primero, y luego Francesc Colomer, como jefes de la Oposición, sufrieron en sus carnes sus arremetidas. La joven diputada de EU, Marina Albiol, también ha dado muestras de coraje personal y político.
Es ésta asimismo ocasión para lamentarnos por todas aquellas personas del mundo de la judicatura, de la prensa, de la sociedad civil y de la política que o miraron para una parte, o guardaron silencio, o fueron conniventes, o colaboradores necesarios o compradores de los favores del cacique provincial. Todos respiran el mismo aire corrupto. Todos ellos llevan la marca provincial de la vergüenza y el desprestigio.
Punto y aparte requieren los comerciantes y empresarios agrupados en la Cámara de Comercio, que van a seguir pagando 90.000 euros a un condenado a cuatro años de cárcel por otros tantos delitos contra la Hacienda Pública. Si el valor de la  “confianza” es clave en el éxito de la empresa capitalista, el comercio y la empresa de Castellón tienen un negro futuro sobradamente merecido.

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